Sabemos que es importante tener colaboradores felices y una infraestructura actualizada, pero es difícil ver cómo esos objetivos se incorporan a los objetivos financieros finales de la organización; en ese punto alineamos el pensamiento estratégico que va mucho más allá de su balance general o sus estados financieros.
La finalidad es acompañar al desarrollo del rendimiento colectivo de un equipo, de forma lógica y mensurada, para que el desarrollo operacional del conjunto supere ampliamente al potencial de la suma de sus partes. Así se desarrollará la autonomía, responsabilidad y el rendimiento individual y colectivo.